lunes, 26 de mayo de 2008

Otra vez la Salmones

Esta individua -defensora del canon digital contra la posición de su partido- ha tenido el descaro de decir que la ponencia política del PP (la que desató la crisis final con el abandono de María San Gil) "insulta" al PNV porque lo "equipara" con ETA.


La desubicada (políticamente hablando, porque la coherencia demanda que estuviera afiliada al PSOE de Zapatero), dice que ha visto "muchas cosas" que no le "gustan" en la ponencia que finalmente ha plasmado las ideas de María San Gil y las califica como "brutales".

La razón que llevó a María San Gil a retirarse del PP, desencadenando la crisis terminal que conocimos la semana pasada, se debió a los intentos del entorno de Mariano Rajoy de borrar toda referencia a que el PNV no colabora para la derrota final de ETA. Una verdad como una catedral. Habría que recordar aquello de que "unos agitan el arbol, y otros recogen las nueces".

Para la Salmones, decir la verdad constituye un trato "insultante" al PNV porque se "le equipara" con ETA con el objetivo de "demonizarle" y obviando que es "un partido democrático".

Olvida esta repartidora de carnés democráticos que ANV también es un partido "democrático". Y hasta el partido nazi lo era. Al menos en los términos en que ella entiende "democrático".

Cobardemente, se decica a atacar a uno de los máximos referentes morales del PP, María San Gil, pero sin nombrarla, diciendo que actúa en términos "personalistas" y "desafiantes" y con "una falta de madurez enorme".

Han convertido al Partido Popular en un Partido Penoso.

La noticia aquí. Y el botellín de Tippex para sumergir a esta Salmones aquí.

domingo, 25 de mayo de 2008

Lo que siempre quiso saber de Gallardón (y nunca se atrevió a preguntar)

Gallardón es el único ser humano que conoce la situación exacta del centro absoluto, secreto que guarda con extremo celo. La leyenda dice que si alguien presionara con un dedo en ese punto, el edificio político europeo y la civilización occidental se vendrían completamente abajo.



No es cierto que Chuck Norris fuera el primer ser humano en contar desde el cero al infinito. Gallardón lo hizo antes. Dos veces.

Rajoy pudo situar a Gallardón mucho antes al frente del partido, pero hasta ayer se sentía indigno de tener a alguien como D. Alberto a su lado.

No es cierto que Rajoy se arrodille en un reclinatorio para conversar con Gallardón. A veces el Alcalde le permite escucharle de pie.

Gallardón es el centro del Universo. El equilibrio de los cuerpos celestes y la continuidad de las leyes físicas dependen de que el alcalde de Madrid siga en esa posición.

No es cierto que la izquierda ame a Gallardón más que la derecha. Es simplemente que los progres son más humildes ante la grandeza humana.

Cuando Gallardón escucha la expresión "¡Dios mío!", inmediatamente se vuelve y responde: "Dígame".

Si Gallardón fuera presidente del Gobierno no habría problemas de sequía. Los anticiclones jamás se atreverían a contrariarle.

El Ayuntamiento no se le ha quedado pequeño a Gallardón. Es el Universo mismo el que no se siente digno de albergar a un ser humano de su esplendor.

Los días en verano no son más largos por la inclinación del eje terrestre. Es Gallardón, que se acuesta más tarde y da permiso al Sol para que zascandilee un poco sobre el horizonte.

Cuando alguien saluda por primera vez a Gallardón y le dice: "Encantado de conocerle", el Alcalde responde: "Lo entiendo perfectamente".

Si Gallardón fuera presidente, la selección nacional de fútbol no sería eliminada de las grandes competiciones en cuartos. Por respeto a Él, la FIFA nos clasificaría directamente para la gran final. Y los demás países aplaudirían.

¡Qué humilde es el Hijo de Dios! Pudiendo haberse encarnado en Gallardón, lo hizo en un pobre judío dos mil años atrás.

Si Gallardón fuera su candidato, el PP ganaría las próximas elecciones. No hay cojones en España a negarle a Él una mayoría absoluta.

La actual crisis económica es tan sólo la reacción lógica de las finanzas mundiales ante la incertidumbre generada por los rumores que apuntaban a que Gallardón podría abandonar la vida pública. Gracias a la decisión de Rajoy, la recuperación es sólo cuestión de días.
El próximo domingo pasaré por el confesionario y diré: "Padre, me acuso de haber tomado el nombre de Él en vano". Buscaré a un sacerdote preconciliar: un cura moderno me excomulgaría directamente. Y además con razón.

Artículo de Pablo Molina para Libertad Digital