viernes, 27 de julio de 2007

Fuegos de artificio, vertidos tóxicos y visita de querubines

Otro inteligente estratega desaparece por el fregadero político rodeado de unos aparatosos fuegos artificiales. Es una paradoja que hoy, que tan de moda está el multipartidismo para gobernar, desaparezca un político que ha militado en todos los partidos existentes en Cataluña. Salvo en el PSC. Aunque dada la sentida elegía que pronunció el Sr. Montilla, al conocer su marcha, posiblemente nuestro político ha desperdiciado una oportunidad de completar su currículum.

Como ya comentamos con ocasión de las muertes de los soldados en el Líbano, la demagogia siempre vuelve a cobrar su crédito. Un nuevo vertido, después del de Algeciras, en plena zona turística. Con “hilos” que se convierten en “manchas”, en “barreras” que abren o cierran playas y amenazan un parque natural. Con la Sra. Álvarez, dando tumbos, perdida por algún lugar y la Sra. Narbona, tierra desvastada, ocupada en la boba tarea de enderezar el avispero de la FSM. Parece que los veranos se ensañan con ella, mostrando de manera cruel, su absoluta estupidez e inutilidad. Nunca digas “Nunca jamás”. Parece que ahora el criterio es tener los vertidos cerca y no alejarlos de la costa.

En este caso el “boomerang” de la demagogia vuelve con una metáfora. El vertido es una imagen fiel de la limpieza de sentinas en el Gobierno. El vertido, controlado en este caso, de esos deshechos intelectuales que son la Sra. Calvo y la Sra. Trujillo. El vertido tóxico ha llenado de chapapote intelectual la Vicepresidencia de las Cortes. Con un coste equivalente al de alguno de los perfumes que se anuncian en ese faro del socialismo que es la revista Vogue, especializada en ministras de izquierdas y de cuota del Sr. Zapatero. El vertido tiene un “hilo”, el Sr. Sevilla que ha llegado hasta Valencia. Allí los militantes socialistas le han dado, nada más llegar, un billete de vuelta. Posiblemente no tengan mucha necesidad de sus famosas “dos tardes” de enseñazas económicas.

Mientras, al Sr. Rajoy se le ha parecido un querubín, supongo que con buenas notas en las oposiciones angélicas y le ha revelado que es conveniente cambiar la Ley Electoral. Aunque le favorezca. El Sr. Rajoy lo ha comunicado al resto del personal. De una forma algo confusa y embarullada. Es lo que tienen los fogonazos de la revelación: le dejan a uno algo tocado.